La piel necesita protección solar diaria para mantenerse sana y con un aspecto juvenil. Sin embargo, ¿qué tipo de protector solar elegir? La protección solar generalmente se divide en dos categorías: química y mineral (física).
Si bien ambos brindan protección solar, los filtros solares químicos y los filtros solares minerales difieren en sus ingredientes activos, así como en la forma en que protegen contra la exposición a los rayos UV.
Protector solar Químico vs. Protector solar mineral
El protector solar es esencial para mantener la piel protegida de los peligros de la exposición al sol, incluidas las quemaduras solares, el daño solar y el melanoma. También es beneficioso para minimizar los efectos del envejecimiento de los rayos UV, como líneas finas y arrugas, piel áspera e hiperpigmentación.
Los protectores solares químicos a menudo se denominan «absorbentes». Sus ingredientes activos son compuestos orgánicos (a base de carbono) que penetran en la piel y absorben los rayos UV. A través de una reacción química, estos compuestos químicos convierten los rayos ultravioletas en calor y luego liberan ese calor de la piel.
Los protectores solares naturales o minerales, por otro lado, son «reflectores». Sus ingredientes activos incluyen óxido de zinc y dióxido de titanio, que actúan como bloqueadores físicos. Estos minerales forman una barrera protectora en la superficie de la piel y reflejan los dañinos rayos ultravioletas antes de que entren en contacto con la superficie de la piel.
¿Qué es el óxido de zinc?
Los protectores solares minerales generalmente emplean óxido de zinc como bloqueador solar físico. El óxido de zinc ha recorrido un largo camino desde los años 80 y ahora se puede encontrar en fórmulas livianas y en capas que brindan la misma protección solar, pero con un acabado de aspecto natural.
El óxido de zinc mantiene la piel fresca
A diferencia de los filtros solares químicos que atrapan los rayos ultravioletas y los convierten en calor, el óxido de zinc mantiene la piel fresca y le permite respirar. Refleja el calor y la energía de los rayos ultravioleta del sol lejos de la piel, manteniendo así su temperatura.
Por esta razón, el protector solar mineral es particularmente beneficioso para minimizar la inflamación y el enrojecimiento de la piel asociados con el acné, la rosácea y la sensibilidad cutánea.
El óxido de zinc proporciona protección solar física
Si bien el zinc en sí se puede encontrar en la naturaleza, el óxido de zinc en realidad se crea combinando el mineral zinc con moléculas de oxígeno. Cuando estos dos elementos se vaporizan y condensan, forman un polvo fino que se asienta sobre la piel y proporciona una barrera protectora contra los rayos UVA y UVB.
Además de ser un bloqueador físico, el óxido de zinc actúa como un espejo para reflejar los rayos UV antes de que puedan penetrar la superficie de la piel.
Apoya la producción de colágeno
La exposición a los rayos UV es la principal causa del envejecimiento prematuro. El daño solar expone la piel a radicales libres dañinos que descomponen y destruyen el colágeno, una proteína que es esencial para mantener la piel tonificada, tersa y elástica.
El zinc actúa como cofactor en la síntesis de colágeno al activar la proteína colagenasa. Esta proteína desencadena la producción de colágeno para construir y reparar tejido conectivo como la piel.
Ayuda a tratar el acné
El óxido de zinc también es beneficioso en el tratamiento de cutis propensos al acné. Los estudios demuestran que el zinc reduce eficazmente la inflamación de la piel, inhibe el crecimiento de bacterias que causan el acné y regula la actividad de las glándulas sebáceas.
También tiene propiedades astringentes que cierran los poros y minimizan su apariencia.