Cosméticos sin aceite de palma

Cosméticos sin aceite de palma

El aceite de palma es uno de los aceites vegetales más consumidos en la actualidad. Está presente en numerosos alimentos, donde no es un ingrediente saludable, así como en cosmética.

En ocasiones, se olvida que su principal uso es el de la producción de un biodiésel que libera tres veces más emisiones nocivas para el medio ambiente y el clima que los combustibles fósiles.

Para obtener nuevos terrenos para cultivar palma hay quien no duda en quemar bosques enteros. Estas deforestaciones inducidas amenazan la supervivencia de muchos animales, además del orangután que es una especie de la que sobreviven alrededor de 70.000 individuos en el mundo. El aceite de palma no parece compatible con un consumo ecorresponsable. ¿O tal vez sí?

¿Por qué la cosmética eco evita el aceite de palma?

 

La gestión más común de los bosques de palma supone una agresión medioambiental y contra la biodiversidad inadmisible, además buscando producir un biocombustible contaminante.

Los ecologistas llaman por ello al rechazo por parte del consumidor de productos elaborados con aceite de palma, pues no hay otra manera que la unidad de los consumidores para frenar una parte de esta producción masiva e irresponsable. Algunos movimientos han dado sus frutos y muchas empresas de alimentación ya elaboran sus productos libres de aceite de palma.

Pero ¿qué sucede con la cosmética con aceite de palma?

Beneficios del aceite de palma para la piel y aceites que ofrecen lo mismo

 

A pesar de ser un producto no muy saludable en cuanto alimentación se refiere, el aceite de palma se convierte en virtudes cuando se trata del cuidado de la piel, en especial de las pieles muy secas o agredidas. No obstante, el motivo principal por el que se usa aceite de palma en muchos cosméticos, en especial en la elaboración de jabones, es por su precio reducido.

El llamamiento ecologista de rechazo a los productos con aceite de palma incluye, de manera general, a los cosméticos. Ahora bien, existen explotaciones de pequeños bosques de palma respetuosos con el medio ambiente y con la biodiversidad de la zona. El aceite obtenido de estos cultivos resulta mucho más caro que el otro y se reserva para elaborar productos para el cuidado de pieles delicadas. Sobre todo de consumidores concienciados con la problemática asociada al cultivo extensivo de palmas.

En pequeñas poblaciones productoras de este aceite de palma ecológico por ser sostenible, a veces también se consume como alimento local.

 

Producción limitada de cosméticos con aceite de palma ecológico y de cultivos sostenibles

 

Frente a la esquilmación de los bosques de palmas del sudeste asiático, en países sudamericanos se pueden encontrar pequeñas explotaciones de bosques de palma y de otras especies similares que no agreden el entorno.

Estos cultivos pueden emplear pesticidas o no hacerlo, siendo los que prescinden de ellos los que pueden ser considerados cosmética eco con las certificaciones oficiales, aunque también existe el certificado de aceite de palma procedente de cultivos sostenibles.

Al tener mejor acogida los cultivos de palma procedentes de agricultura bio, cada vez son más los pequeños productores que se pasan a esta modalidad.

Biólogos y ecologistas de las zonas en cuestión enseñan a los propietarios de plantaciones de palma, de buriti o de sacha inchi, cómo deben realizar la recolección de los frutos para no dañar el árbol y que su cosecha puede ser vendida con certificaciones ecofriendly.

Así, pequeñas explotaciones de gente humilde son capaces de aportarles uno de sus alimentos habituales y de vender sus excedentes a un precio que les compensa el mayor trabajo en el cultivo y la recogida. Y esto sucede con las tres especies mencionadas la palma, el buriti o aguaje y el sacha inchi, que permiten la obtención de aceites que son de gran ayuda en el cuidado y la formulación de cosméticos adaptados para pieles atópicas o muy castigadas.

En occidente no todo el mundo necesita usar cosméticos elaborados con estos aceites, que suelen ser un poco más caros que los que llevan aceites vegetales de proximidad por motivos obvios.

De esta manera, con el control del precio de venta, se logra que el producto llegue a quienes lo necesitan y se disuade del uso en la elaboración de jabones u otros productos en los que al aceite de palma podría sustituirse por muchos otros, pues las explotaciones sostenibles no son capaces de satisfacer una demanda elevada.

En resumen, sí existen cultivos de aceite de palma ecológico respetuosos con el entorno. Estos cultivos suelen ser pequeños y estar en manos de humildes cooperativas agrícolas o de grupos familiares que lo producen para consumir una parte de sus frutos en su alimentación y vender el excedente para comprar otros bienes que necesitan.

 


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